miércoles, 10 de abril de 2013

Aclaraciones preliminares

¿Existe momento más incómodo en la vida de un ser humano que el instante en que tiene que hacer un recorte de sí mismo y presentarse? "Hola, soy Fulanita, estudio Ciencias Ambientales y soy de Boca". Más o menos de ese estilo suelen ser las primeras frases que a uno le vienen a la cabeza a la hora de contar ante un auditorio (esté el mismo conformado por tres, por 20 o por 100 personas) quién se supone que es el que habla. Y, como les habrá sucedido, si bien los datos son ciertos, la mayoría de las veces uno se queda con la sensación de que no es -ni por lejos- aquello que describió. Que es mucho más que un estudiante. Mucho más que un bostero.

Y así es. Pasa en la vida, pasa en las películas, pasa en los nuevos blogs. Presentar un blog es casi un gesto mentiroso, de seguro, impreciso y falaz, como sería afirmar que una naranja es sólo su cáscara y no contar que adentro esconde el jugo. Pero qué más da. Estamos acostumbrados a que las primeras veces no sean las mejores y este post inaugural seguro que no será la excepción. Lo más interesante, prometemos, vendrá después.

Cultura Recuperada es, además de un espacio virtual de acceso plural y gratuito, un concepto difícil de definir. Sobre todo por el primer término. ¡Si se habrán peleado los filósofos, sociólogos, antropólogos y demás intelectuales para desembocar en una definición que dé por terminada la discusión y deje conforme a todos! Imposible. La palabra, queramos o no, ya abre el debate. ¿O alguien considera que tiene la suficiente autoridad para decir qué es y qué no es la cultura? Desde que esta palabra empezó a escribirse con minúscula, ese lugar fue dinamitado.

Pero a este término histérico, que no se deja encasillar, lo hemos combinado con un adjetivo: "recuperada". Para entender esta relación es preciso citar a un filósofo marxista llamado Raymond Williams que hace bastante tiempo acuñó un concepto interesante, el de "tradición selectiva". Para el autor, es a través de este proceso que, a lo largo del tiempo, las clases dominantes seleccionan una determinada versión del pasado que, a su vez, configura el presente y proyecta un determinado futuro, con el fin de garantizar la adhesión a una cierta forma de interpretar tanto los hechos históricos como los actuales. Es decir que propone una forma de ver el mundo y desde ahí crear cultura. Si vemos la realidad en blanco y negro difícil será que pintemos a color.

En la Argentina, por culpa de este proceso, durante muchos años estuvieron calladas una infinidad de voces. No porque no tuvieran qué decir, sino porque no contaban con las herramientas para hacerlo. O porque, en algunos casos, esos pensamientos estaban siendo reprimidos por un Estado que abogaba por la destrucción de la memoria histórica en detrimento de viajes de shopping a Miami. 

Sin embargo, de un tiempo a esta parte, se han multiplicado aquellas experiencias y manifestaciones culturales que difunden una mirada que intenta recuperar de la historia los hechos que marcaron nuestra sociedad y que, a través de este proceso descrito por Williams, fueron, por décadas, desterrados.

Estamos hablando no menos que de los derechos humanos, la lucha por la identidad, los derechos de las minorías. En especial de la búsqueda del fin de la impunidad, una cuestión que se vio exacerbada durante la dictadura y que la democracia, mucho tiempo, continuó expandiendo. 

De contar qué dicen ahora esas voces tanto tiempo apagadas y mostrar y analizar cómo ahora se expresan a través de manifestaciones culturales se tratará el blog. En definitiva, de la cultura perdida que ahora, es recuperada.

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